Las principales causas que provocan la estrechez o estenosis del meato uretral son las infecciones cutáneas locales (balanopostitis supurativas), la aparición de una enfermedad inflamatoria de la piel llamada liquen esclero-atrófico (que puede afectar a prepucio, glande y meato), y en especial la lesión producida por la instrumentación y el sondaje uretral iatrogénicos (tras cirugía endoscópica de la vejiga o de la próstata). Todas ellas ocasionan una fibrosis local cicatrizal que disminuye la elasticidad propia de este orificio externo de la uretra y que en los casos más graves puede llegar a cerrarlo por completo imposibilitando la micción del paciente y dando lugar al doloroso episodio de retención aguda de orina.
Las dilataciones uretrales nunca restituirán a su estado normal de calibre y elasticidad un meato uretral que padezca una estenosis de origen cicatrízal o una enfermedad de liquen esclero-atrófico que lo convierte en un tejido blanquecino, indurado y muy retraído.
Más aún, el persistente empleo de dilatadores del meato uretral o meatómetros va a provocar un aumento del tejido fibrótico local que empeorará la ya difícil micción del paciente y su uso continuado en el tiempo será causa de un progresivo avance de la enfermedad estenótica sobre el tejido sano de la uretra anterior.
La cirugía de ampliación o meatostomía (si la estenosis del meato uretral es de pocos milímetros), y la cirugía de reconstrucción o meatoplastia (si la longitud es mayor y si existe enfermedad invasiva de liquen esclero-atrófico), son las propuestas curativas para devolver al meato uretral sus características propias de calibre y elasticidad, y para que el paciente que sufre con cada micción recupere su calidad de vida.

– Diagrama que representa unos chorros urinarios bifurcados ocasionados por la existencia de una estenosis del meato uretral (Jozan, 1862).