En la era preantibiótica, es decir cuando no existían los antibióticos, en un varón la causa más frecuente de padecer una estenosis uretral era la uretritis gonocócica, también conocida como “gonorrea o blenorragia”, enfermedad de transmisión sexual producida por la bacteria Neisseria gonorrhoeae más comúnmente conocida como gonococo que se hospeda en el ser humano y que es la responsable de producir un proceso inflamatorio agudo y crónico del conducto uretral (uretritis).
Tras la fase aguda de la infección gonocócica (caracterizada por una secreción o supuración amarillenta a través del del orificio externo de la uretra), la lesión crónica se va estableciendo de forma muy lenta pero progresiva causando una disminución del calibre y elasticidad de toda la uretra anterior. Es al cabo de bastantes años de haber padecido el contagio cuando el paciente empieza a percibir un claro empeoramiento de su calidad miccional con un chorro muy fino y bifurcado, que se debe a la aparición de una característica estrechez arrosariada que afecta a toda su uretra peneana (enfermedad estenótica panuretral).
Sin embargo, en la actualidad y en las sociedades más desarrolladas predominan como causas habituales de estenosis uretral las lesiones iatrogénicas, es decir, las provocadas por sondajes uretrales traumáticos, sondas a permanencia o tras intervenciones quirúrgicas endoscópicas de la próstata y de la vejiga.
En segundo lugar entre las causas habituales de estenosis uretral figuran hoy en día las de origen postraumático que aparecen tras haber sufrido el paciente golpes directos en la región perineal, como son las caídas en horcajadas sobre barras, patadas directas en el periné, accidentes de bici y de skating, etc.

– Lesión de la uretra bulbar por traumatismo perineal (Blandy, 1998) –