La posibilidad de tener que reconstruir una uretrostomía perineal o «meato perineal» puede llegar hasta el 20% de los casos dependiendo esta cifra de diversos factores.
El «estado de salud» de la uretra bulbar que será abocada al exterior (uretra supraestenótica), marcará la diferencia en cuanto a la tasa de reaparición de estenosis en la anastomosis o unión cutáneo-uretral.
El peor pronóstico de reestenosis en una uretrostomía perineal está relacionado con la enfermedad estenótica panuretral causada por la enfermedad de liquen esclero-atrófico donde la uretra anterior que aún resta sana se sitúa a nivel bulbo-membranoso yuxtaesfinteriano. En estos casos el liquen esclerosante puede reaparecer en los tejidos locales que se hallan en contacto con la orina afectando de esta forma tanto a la piel como a la uretra que configuran el meato perineal y ser causa de su reestenosis o de un cierre casi completo de su luz.
Por contra, los casos más favorables serán los hipospadias multioperados en los que la uretra bulbar propia no ha sido manipulada ni tampoco ha sufrido la agresión de las dilataciones periódicas ni de los cortes endoscópicos.
La utilización de un colgajo de piel escrotal que se caracteriza por su excelente elasticidad y vascularización contribuirá de forma importante a mejorar los resultados quirúrgicos y evitar la reestenosis en una uretrostomía perineal.